Mi amante tiene un amante, alcanzo mi casa, subo la escalera, media vuelta en la llave, entro en mi salón, abandono la maleta y me dirijo a la nevera mientras me descalzo. Rescato una botella, me desnudo dejando tirada la ropa y lleno media copa, me acerco a la ventana, Chardonnay bien frío mientras, reflejada en los cristales se me repite la escena.
El vino frío acompaña mis pensamientos, como ha acompañado tantas noches de pasión con ella. El recuerdo de la escena presenciada, casi vivida, tiene efectos secundarios, una incipiente erección me sorprende, casi cumplo el tópico de que los hombres hablamos con nuestra polla cuando vibra el celular.
-No seas cruel-
Es una voz de mujer, que no reconozco, que susurra sensualmente. Guardo silencio, levanto una ceja inquisitivo (a veces hago esto hablando por teléfono, como si pudieran verme).
-No seas cruel, no provoques, que una no es de piedra….- acompañado de una carcajada.
Me giro hacia la ventana, mi vecina vuelve del gimnasio, mallas, top, ombligo al aire y media melena, levanto la copa en un brindis hacia ella.
-¿Eso es una invitación?- dice con una sonrisa-
- Chardonnay catalán, bien frío-contesto.
- ¿Vino, ducha y algo mas…..?- dice ella mientras trota hacia mi casa.
- Encantado- digo y el golpe seco al cerrar el móvil suena a martillazo de sentencia.
Desnudo con una copa mediada y una media erección junto a la ventana, veo como se acerca corriendo, el vino mengua, la erección crece. Dejo el teléfono, relleno el vino y se rellena la erección, me acerco a la puerta, oigo el repiqueteo de sus pasos subiendo los escalones.
El vino frío acompaña mis pensamientos, como ha acompañado tantas noches de pasión con ella. El recuerdo de la escena presenciada, casi vivida, tiene efectos secundarios, una incipiente erección me sorprende, casi cumplo el tópico de que los hombres hablamos con nuestra polla cuando vibra el celular.
-No seas cruel-
Es una voz de mujer, que no reconozco, que susurra sensualmente. Guardo silencio, levanto una ceja inquisitivo (a veces hago esto hablando por teléfono, como si pudieran verme).
-No seas cruel, no provoques, que una no es de piedra….- acompañado de una carcajada.
Me giro hacia la ventana, mi vecina vuelve del gimnasio, mallas, top, ombligo al aire y media melena, levanto la copa en un brindis hacia ella.
-¿Eso es una invitación?- dice con una sonrisa-
- Chardonnay catalán, bien frío-contesto.
- ¿Vino, ducha y algo mas…..?- dice ella mientras trota hacia mi casa.
- Encantado- digo y el golpe seco al cerrar el móvil suena a martillazo de sentencia.
Desnudo con una copa mediada y una media erección junto a la ventana, veo como se acerca corriendo, el vino mengua, la erección crece. Dejo el teléfono, relleno el vino y se rellena la erección, me acerco a la puerta, oigo el repiqueteo de sus pasos subiendo los escalones.
6 comentarios:
Vaya vaya, mira por dónde le va a venir de perlas a tu vecinita el disgusto que te acabas de llevar (disgusto, decepción, ataque de cuernos... no sé con certeza cómo se siente el prota). ¿Nos lo contarás prontito?
P.D: Envidia cochina que me dá la deportista, oyesssss...
Humm no esta mal la escena...
Un saludo y gracias por tu coment! :)
Gusanito, lo contaré pronto, sorprendido, mas que nada está sorprendido, ya ves.
Me alegro de que te guste, todo un placer.
Vaya, ya me gustaría a mi tener un vecino que invitase así, jajaja.
Solo hay asomarse a la ventana adecuada y mirar.....
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