jueves, 11 de noviembre de 2010

VELAS

 

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La seguí hasta la puerta del dormitorio, ella me empujó suavemente hasta la cama. Yo me preguntaba. ¿De verdad es esto lo que quiero? ¿Qué me seduzcan sin ninguna ceremonia, sin ningún romanticismo? Estaba excitado y también un poco molesto, mas conmigo mismo que con ella.

-Ven- dijo dando unas palmaditas sobre la cama.

En mis fantasías, probablemente en las suyas había juego de seducción, falsos tira y afloja para calentar el ambiente, pero esto era tan real que las fantasías no influían, o si.

Ella se puso todo lo erguida que pudo, si miedo a parecer más alta que yo. Me miró a los ojos. Le sonreí, pero ella me devolvió una mirada desafiante de deseo.

-Quítate la camisa- ordenó.

Sin dejar de mirarla me la quité sin desabotonarla.

-¿Y ahora?- pregunté sin dejar de mirarla.

-Los pantalones, las botas, todo.

Obedecí rápido y quedé mirándola fijamente, desnudo y empalmado.

Ella dejó la copa, sacó el mechero del bolso y dio la vuelta a la habitación encendiendo las velas que había colocadas en el suelo, en la estantería, en las mesillas, en todas partes. Pasó delante de mí rozando mi sexo y aproveché para acariciarle el interior del muslo, subiendo bajo su falda. Ella me apartó la mano.

-Suéltame- dijo. La solté sin dejar de mirarla.

Se sentó en el sillón, cruzó las piernas, sonrió ligeramente, con su cara a dos palmos de mi verga.

-Mastúrbate-me dijo.

Se notaba su excitación, parecía hipnotizada por el ritmo cansino de mi mano y el olor a incienso de las velas. Separó las piernas.

Sin dejar de masturbarme vi como se quitaba la blusa y luego la falda muy despacio, sin quitarse las botas se deshizo de las bragas contoneándose como una serpiente. Abrió las piernas un poco más para que pudiera verle el sexo. Estaba empapada. Se metió los dedos dentro los sacó y se los chupó.

-Ven-la llamé.

Pero ella no hizo caso y se masturbó lentamente hasta alcanzar el orgasmo. Se la veía poderosa, atractiva y sucia, una combinación realmente maravillosa. Al correrse echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos. Al abrirlos yo estaba a su lado, besándola, uniendo mi mano con la suya en su sexo.

Atrapó mi mano con la suya y se masturbo con ella, con la otra mano alcancé una vela cercana y la incliné dejando caer gotas de cera sobre su pecho, mi sexo en su boca ahogó los gemidos de placer de su orgasmo.

Caímos encima de la cama con una pasión irreprimible. Le chupé los pezones con fuerza. Ella castigó los míos con dientes y uñas, me hizo ponerme boca arriba. Me hizo gemir frotando la cabeza del miembro con los labios de su sexo, hasta que por fin lo engulló por completo, subiendo y bajando una y otra vez con todo el peso de su cuerpo. Luego se inclinó hacia adelante, me abrazó y giramos hasta quedar tumbados de costado, todavía más unidos, follando y besándonos sin parar. A estas alturas estábamos restregándonos en un charco de sudor compartido. La agarré con fuerza del culo, me moví con fuerza y, con un grito entrecortado me corrí dentro de ella. Al notarlo ella tuvo un nuevo orgasmo.

Seguimos un rato tumbados, entrelazados y sudorosos, por encima de su pelo, solo veía una cosa, velas.

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13 comentarios:

Merce dijo...

Me encanta mirar... Pero me gusta más que me miren...

Eria.. dijo...

Deliciosos los juegos con cera...

Alís dijo...

Diría que resultó mejor de lo que pensabas en un principio...

Tesa dijo...

Cada encuentro sexual tiene (o debería tener) su encanto, su propio protocolo.
Me llama la atención que en tu texto, ella empieza asumiendo el rol de dominante, pero luego admite que él lleve en el juego la iniciativa de dejar caer al cera en el pecho; rol que recupera después puesto que, al final, ella se lo folla cabalgándolo.

(Cuidadito con las quemaduras de las velas perfumadas, si no son parafina pura)
:)

Babilonio dijo...

Merce, a mi me encantan las dos cosas.....no tengo remedio, lo se.
Un beso.

Babilonio dijo...

Eria, los juegos en buena compañia son siempre maravillosos....

Babilonio dijo...

Alís, resulto muy bien, la cosa ya prometía desde mucho antes de lo que cuento...
Un beso

Babilonio dijo...

Tesa, cada encuentro debe tener su propio guión que se escribe un poco sobre la marcha, como hacen los grandes actores de teatro.
Lo has captado bien, solo que ella es la dominante en todo momento, cuando le deja caer la cera ella solo está en condiciones de gozar, no de mandar.
La cera sin perfumar se enfría muy rápido, si se sabe usar no es peligrosa, o si.
Un beso

PS No siempre que se está encima se es el dominante.

Tesa dijo...

Lo sé.
El dominio no es una postura, es una actitud.

yolanda dijo...

Excitante, no es un relato para leer en el trabajo (que es donde estoy ahora). Tendré que ir al baño...???
besos desde Córdoba

Babilonio dijo...

Yolanda, bien venida, fue escrita en el trabajo, el lugar es lo de menos jeje
besos

Petri dijo...

Muy bueno, ahora a ver como sigo mi jornada.. pufff

Babilonio dijo...

Blog A, espero que sigas bien tu jornada, no era mi intención incomodarte jeje